La sociedad es cambiante, evoluciona en la búsqueda de encontrar o desarrollar mejores condiciones de vida; en armonía con estos cambios, la Constitución de un Estado, debe adecuarse a dicha evolución, pero para evitar que este proceso se realice de forma violenta y produzca la ruptura del orden jurídico y político; se establecen mecanismos expresos como la Reforma o tácitos como la Mutación, pero legítimos, que posibilitan las modificaciones requeridas.